Improvisionando 3

Querida madrecita, que me has manteteninini, hay cosos que ya hombre no haber, hubiera, habría comido. Es que tal veces, dos cuartos de un cereberole pensativando encontrarón lo quo hubo pasusu. ¿Cuántes años vos vozes voceando tu tal vez? No, nunca, jamés haber yo. Te mamo, te quaro, te—no podríe decirto—dolor, mi alma limpia estuviera. Érase una margarita, cuyo hoja conocíesencia, mamí por qué mi ahorongutan en lo profundo de comercio. Talu vezo, besándose gustaría, uno, dos, trenita-tres, corasoso en la caaaaasa de corral. Entre tantísisisisimisimisiso, mentalmente hallé numerosas idiologocas; como pedagococos, y paracaídos, paramontados, parsimoniosos por así decido. Nomotoso, moma, mamo, momo, mamaaaista. Devorándosca me padentro, por pafuera sólo vacicolmo veo. Creo ello, testeo, en corraleo dos campanototitas golpean mías. Las entrepiernos. ¿Cuándo no podré acabar desto? Ahorista mesto, solamante dirá yo mis palabroñas suficientes nunca serán.