Improvisionando 1

Cuando la ví pensé que era una ilusión. La camioneta más pequeña que había visto en mi vida. Pequeña, diminuta, sólo apta para hormigas y nada más. ¿A quién se le ocurrió la idea de construir una camioneta que sólo insectos pudieran conducir? Ni idea, pero quién sea se ha hecho multimillonario. Es absurdo, bastante absurdo; estos animalitos han entrado al mundo del capitalismo y deberíamos temer por el impacto que puedan tener en el ambiente. Aún así nadie parece prestarles atención. ¿Qué podrían hacer unos animalitos tan insignificantemente pequeños y míseros como ellos? Pues, no sé, ¿contaminar el planeta con más CO2?, ¿deforestar lo poco que nos queda?, ¿competir por recursos? No, nada de eso interesa. La oportunidad económica es muy grande, y además está la naciente clase media de entre las hormigas. El sistema económico que ellas tienen es muy distinto al nuestro. Ellas no tienen hijos por si mismas, sólo la reina puede, así que los bienes se pasan de amigas en amigas. Un sistema social-capitalista de lo más adecuado para nuestro siglo. Algunos ya han pegado el grito en el cielo. No es posible que esos animalitos tengan los mismos derechos que nosotros los mamíferos, es ridículo que una hormiga sea capaz de comprar lo mismo que un perro o un hombre de ojalata. Ridículo, doblemente absurdo, y además ¿quién ha pensado en los niños? ¡Los niños creerán que todas las especies son iguales! ¿Qué clase de basófia es esa? Paren este tren, camión, carro, bagoneta, jacusi andante, ¡me quiero bajar! Quiero volver al tiempo en que podía salir y pisar el césped sin que me denunciáran. ¿Qué he matado una familia entera de zancudos? ¿¡Y qué carajos han hecho ellos por mí!?